Llega el Tió de Navidad en Mataró

La tradición del Tió llega a nuestra ciudad. Si eres de Mataró o alrededores no te puedes perder este evento.

El Tió Gegant llega el jueves 23 de diciembre a las 17 h. en la Plaza Isla Cristina, en el barrio de Cerdanyola (Mataró).

Al comprar en las tiendas del barrio y te daremos un vale para que puedas hacerlo cagar. Desde Pole Position llevamos alimentando al Tió durante semanas para que cague muchos regalos! Recuerda que nos encontramos en la Avenida Gatassa, 69, Mataró.

¿Cuál es la tradición de el Tió?

Hacer cagar el Tió de Navidad es una tradición que deja boquiabiertas a muchas personas que son de fuera de Cataluña o Aragón.

La tradición consiste en hacer aparecer en casa un trozo de tronco o rama gruesa unos días o semanas antes del día de Navidad, colocarlo en algún rincón abrigado con una manta para que no tenga frío y alimentarlo diariamente con restos de comida hasta el día que se hace cagar, a la vez que se canta una canción.

Caga regalos que han variado mucho a lo largo del tiempo. Tradicionalmente, el Tió nunca cagaba objetos grandes -estos ya los llevaban los Reyes- sino golosinas, figuritas de pesebre, calcetines, así como cosas de comer y beber para las comidas de Navidad y San Esteban, como turrones, champán, higos secos, etc. Actualmente, hay hogares en los que el Tió es, junto con los Reyes Magos de Oriente, el gran proveedor de regalos de Navidad.

Pero de donde viene esta tradición tan extraña? Detrás del Tió de Navidad se esconden antiguas prácticas rituales dirigidas a propiciar la abundancia y la cohesión familiar durante el periodo invernal. Antiguamente, este trozo de tronco robusto (el Tió) se quemaba en la chimenea una vez había cagado todos los regalos. Este fuego invernal simbolizaba, en forma de ritual, la comunidad y la continuidad de la familia: daba luz y alejaba los elementos extraños -reales o imaginarios- de la casa. Originalmente, el tronco quemaba de Navidad a Reyes, y luego se guardaba en un lugar discreto simbolizando un amuleto protector de la casa, del ganado y de los campos. También era costumbre espolvorear sus cenizas por los cultivos y los establos, e incluso encima de las camas, como un ritual para propiciar la fertilidad.